Mi mala suerte con los Reyes Magos
Por Leonel Iparraguirre González.
Aleida González Carvajal, residente en el poblado de Falla, municipio de Chambas, cuenta haber tenido muy mala suerte durante su infancia respecto a sus reiteradas solicitudes de juguetes a los Reyes Magos.
“Me hubiera encantado recibir una bella muñeca y otras muchas cosas que cada año le encargaba a Melchor, Gaspar y Baltazar, pero siempre sucedía lo mismo. El seis de enero muy temprano, mis padres comentaban que este año los reyes no tenían dinero para complacer con buenos juguetes a los niños”, comenta esta veterana mujer trabajadora de una oficina en una unidad cañera.
“Continuaba portándome bien y con la creencia de que, ciertamente los Reyes Magos existían, aunque nunca me convencí de que pudieran llegar en una noche a tantos hogares cargados de juguetes.” Precisa,
Así, sumidos en este engaño, muchos niños como Aleida, hijos de padres humildes, nunca tuvieron en sus manos el cargamento de juguetes que hubieran preferido. Todo era un mecanismo comercial, como otras tantas maniobras propagandísticas que existían en Cuba antes de 1959.
Así el Día de los Reyes dejó de ser una tradición en la isla, y muy pocos recuerdan la fecha para obsequiar a sus pequeños con juguetes.
Por el contrario, los infantes gozan de importantes privilegios, que ojalá muchos niños en el mundo tuvieran tantas oportunidades. La máxima martiana de que “nada hay más importante que un niño”, tiene particular connotación en nuestro país, donde tienen derecho a educación, salud, Palacios de Pioneros, parques de diversiones y numerosas opciones que los hacen vivir en plena felicidad, porque ellos son la esperanza del mundo.
Y aunque los vecinos del norte quieren ahogar el país con un férreo bloqueo, con el cual prohiben la entrada de medicamentos, equipos, alimentos y otros muchos artículos, para los infantes siempre la Revolución les garantiza lo mejor, sin necesidad de que los regalos les lleguen en “los grandes cargamentos de los Reyes Magos”.
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