Los bomberos cubanos tienen su día

Por Leonel Iparraguirre González

Aunque el poder de las llamas no distingue latitud, ni geografía en particular, ni tampoco ha variado su manera de expansión a través de los años, es muy diferente el actuar de los cuerpos de bomberos en los distintos países.

Un reciente despacho de prensa consigna que una anciana estadounidense realizó una llamada de urgencia a una estación de bomberos porque su residencia estaba en llamas. Un instante después llegó el carro apaga fuego, pero resulta que fue infructuosa la gestión, pues los bomberos se mostraron indiferente ante aquel siniestro, todo porque la propietaria de la vivienda por un olvido involuntario, no había pagado la correspondiente cuota mensual que establece el seguro contra un incendio hogareño en ese país.

En pocos minutos la casa se convirtió en cenizas a pesar de que los bomberos la vieron arder ya que permanecieron muy atentos en el lugar, solo por el hecho de evitar que las casas colindantes ardieran, ante las cuales respondían porque sí contaban con el boleto de pago mensual.

Muy diferente es el actuar de los bomberos cubanos, donde siempre tienen la orden de completa disposición combativa para sofocar un incendio independientemente donde se produzca.

Rodolfo Rodríguez González, es el Presidente de la Asociación de Bomberos en la filial de Morón, organización que agrupa a unos 116 miembros, y destaca que sus misiones fundamentales consisten en actividades profilácticas, tanto en el sector estatal como en el residencial.

“La Unidad contra Incendios de Morón se creó en 1868, con la intención de frenar el impulso de las tropas mambisas, aunque unos años después el cuerpo de bomberos comenzó a jugar un papel importante en la extinción de siniestros y cuenta que bastaba un toque de corneta para saber que la candela se localizaba en la parte norte de la ciudad, y si eran dos toques, era en el sur.”

Este 13 de noviembre la Unidad de protección contra incendios de Morón se viste de gala para festejar el aniversario 314 de la constitución del Primer Cuerpo de Bomberos de Cuba.

Es una ocasión propicia para conocer a héroes anónimos del territorio: Ofelia Traba, René Horta, Julio García, Ramón Ruiseco y a Eladio Pérez, hombres y mujeres que a una señal dicen presente, y parten rumbo al centro de un incendio, sin importar otra cosa que no sea, sofocarlo en pocos minutos.